France-Soir y dos damas de mediana edad vigilan con el rabillo del ojo las evoluciones de su buldog o del último retoño de la prole, se saca un ratoncillo blanco del bolsillo, lo deja corretear por la manga del impermeable, finge acunarlo con arrumacos y mimos, se traslada al bordillo del parque de arena y exhibe su mascota con aire seráfico. Las chiquitas de los columpios y toboganes acuden inmediatamente dando gritos, se apiñan a su alrededor, quieren acariciar al animalillo,