Poco después, un chico moreno con flequillo accedió a probar el delicioso refresco. Agus y Miguel aguardaban expectantes su reacción. «¡Puaf! ¡Es pura mierda!», exclamó yendose escaleras abajo. «Será pura mierda, pero me lo tienes que pagar», repuso Miguel con firmeza y, como vio que el otro hacía caso omiso de su advertencia, le gritó ¡bandido, rufián, te acordarás de mí, te acordarás! El chico del flequillo
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ACCEDERII - Mostrarse conforme en hacer o que se haga [algo]