era el templo, allá abajo, visto por un tragaluz. Predicaba en Semana Santa un curita que se emocionó al comentar las palabras de Cristo en la cruz: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?» Pero Dios no había abandonado a su hijo, explicó el cura, ni tampoco a la Italia ocupada, aunque la estuvieran crucificando los alemanes. Así el viejo se justificaba también: «No, tesoro, no te he abandonado
SON:203.18
ABANDONARI.1b - Dejar solo [a alguien (o algo)] sin amparo o atención