selo del crítico de La Opinión que protestaba por un supuesto corte en El prisma, imaginandose razones de mojigatería burocrática. En todos los casos se tomaron rápidas disposiciones para evitar posibles secuelas; no costó mucho, la gente es frívola y olvida o acepta o está a la caza de lo nuevo, el mundo del cine es fugitivo como la actualidad histórica, salvo para los que queremos tanto a Glenda. Más peligrosas en el fondo eran las polémicas en el núcleo,