Pero el padre había cerrado los ojos. --Estás cansado. Ya hablaremos --dijo David. El padre le miró y asintió con un gesto, pero a David le pareció que estaba lejos, medio ausente o adormilado. --Ya hablaremos --repitió. Cuando volvió a la noche dejó la bicicleta en el portal y subió de prisa las escaleras. Quería estar a tiempo para la cena. Quería estar duchado y limpio para la cena. Tenía que frotarse para borrar las