extra el trabajo del día. Entonces David sí se sentía «rebelde y díscolo». En invierno ya era de noche y hacía frío. Del techo colgaban bombillas sucias que daban poca luz, y era espantoso abrir los libros, apoyar los codos sobre la mesa, sujetar la cabeza con las manos y tratar de adentrarse una vez más en los interminables párrafos de los textos. David se rebelaba. Cerraba el libro, fruncía el ceño, miraba descaradamente al hermano vigilante
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APOYAR.1 - (Hacer) descansar [algo o a alguien] [sobre algo que lo sostenga]