la lengua y al paladar. --Y eso que Londres está muy destrozada por la guerra. Todavía se ven al otro lado del río las ruinas de los bombardeos. La catedral de San Pablo... David miró a una chica que avanzaba por el bulevar. Las dos filas de árboles enmarcaban la acera, y ella se balanceaba por el paseo, lánguida y armoniosa. --De todos modos, no compares las orillas del Sena... La chica se acercaba y también le miró