le una señal a los dos policías que con nosotros venían. Sabiendo que era inútil ofrecer resistencia, dejé que me cogieran por los tobillos y las muñecas, que me columpiasen dos o tres veces y que me lanzasen por los aires. Aterricé en la rosaleda y con tanto acierto había elegido el comisario Flores la colocación, la distancia y la parábola, que de poco aplasto a Pepito Purulencias, que seguía con su cubo y su nartillo persiguiendo cucarachas. --Perdona el susto
LAB:271.01
ATERRIZAR - Posarse en tierra una aeronave o sus ocupantes