las manos de los tres, abandonadas sobre el borde de la mesa. Nadie comía. Nadie estimulaba al otro a comer. David miró hacia el techo, lleno de desconchones, y le pareció que la escayola resquebrajada del floripondio podía arrastrar en cualquier momento a la lámpara en su caída. Sería una catástrofe: la lámpara destrozando la mesa; los cubiertos de plata de las solemnidades, saltando por el aire; los platos de china conservados durante tantos años, hechos añicos.
JOV:112.10
ARRASTRARI - Llevar por el suelo, llevar consigo al marcharse.