saber nada. No me cuentes más cosas. Es difícil vivir; lo sé, es peligroso; lo único peligroso. Agárrate a una tabla y sal a flote. Estás a tiempo de dar un giro a tu vida. Abandona esa mezcla de lujo y mala conciencia en la que te debates. Acércate a la vida de tus hijos. Observalos, ayudalos... No sé qué decirte. Pero no me escribas. Ése puede ser el comienzo de