favorita de los frailes. Esa impresión tenía que ver con los comentarios del padre y sus amigos cuando de pronto dejaban fuera y lejos el conflicto mundial y machaconamente volvían a lo suyo. --¿Y aquí qué va a pasar cuando acabe la guerra? --Tendrán que intervenir. No van a permitir un reducto de fascismo en Europa... --Aquí no podrán nunca con la Iglesia... El padre no quería a los curas. Se advertía, se palpaba. En casa,