la sillita como a un timón: recias, abultadas de venas, pero vivas y ágiles todavía. Compara con las manitas de Brunettino y entonces sí que se derrite su corazón. Esos puñitos, esos deditos, ¡cómo serán cuando derriben a un rival, cuando acaricien unos pechos jóvenes...! «Yo no lo veré, niñito mío, ni tú lo sabrás, pero soy yo quien te está haciendo hombre. Te he salvado del medicucho y te salvaré de tu madre
SON:126.14
DERRIBAR - Hacer perder a algo su posición inicial (con frecuencia vertical), haciéndolo caer sobre un plano (normalmente el suelo).