la acción del sedante, se queda pronto dormido, como en las noches sin lobos guardando el aprisco. En cambio es el niño quien se despierta y hasta se incorpora de golpe, quizás saliendo de un mal sueño; pero al reconocer al viejo acurrucado se forma en sus labios una sonrisa y, como un gatito satisfecho, cierra los ojos, cambia de postura y vuelve a dormirse. Quedan sueños, sin embargo, flotando en la alcobita, conjurados acaso por lo
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RECONOCERII.1 - Darse cuenta [alguien] de que [alguien o algo] es una determinada entidad, ya percibida por los sentidos (esp. la vista)