cerillas, ¿no tiene? --No fumo. Salí a ciegas de la celda y cerré la puerta a mis espaldas. No podía decirse que los primeros contactos hubieran sido muy fructíferos. Y estaba considerando ya la posibilidad de abandonar la empresa y buscar un sitio confortable donde pasar el resto de la noche, cuando oí gritos y golpes provenientes de una de las celdas. Orientandome por el fragor corrí a ver qué pasaba y, al abrir la puerta de la