selo su cuarto, David se derrumbó vestido sobre la cama. Una gran congoja le asfixiaba, pero no podía llorar. Sentía que una sombra le cercaba, envolvía su casa, su ciudad, los senderos ceremoniosos de la infancia que había recorrido de la mano del padre. Su vida se debatía constantemente bajo esa sombra. No se filtraba un rayo de luz a través de ella y, peor aún, no se vislumbraba luz alguna en el horizonte, lejos y fuera
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RECORRER - Atravesar un espacio por toda su extensión