existo. Quizá la lejanía me agudice esa necesidad de testimonio. Pero no sólo en la distancia está el destierro. Tú no te has ido y también reclamas cartas que dan fe de tu vida. Hay un momento en que creemos poseer el hilo que nos guía hacia un destino. Nuestras cartas demuestran que lo hemos perdido. No es el amor y tiene poco que ver con el amor. Es la continuidad como personas lo que necesitamos, la conciencia de quiénes somos,