se alegró de ese encuentro. «Un poco pesados con París y Londres», se dijo. Pero le gustaba su franqueza, su desenfado, su manera relajada de moverse y andar y sentarse y llamar al camarero. Pisaban firme. Se veía que los dos eran ciudadanos de una gran ciudad. Por eso París, Londres, el mundo entero era suyo, un lugar familiar donde las cosas estaban colocadas para que ellos gozaran de su forma y su color y
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PISAR - Apoyar la planta del pie sobre el suelo o algo depositado sobre éste