para alcanzarte.» Y no tienes la generosidad de aceptar que estoy a gusto con Dan y voy a estar con él no sé hasta cuándo, no sé siquiera si llegaremos a Oregón. Estoy contenta a su lado. Me conmueve su desamparo de chico fuerte, su desarraigo esencial, su perfecta comprensión del presente como un tesoro acongojante. Creo que yo le doy seguridad; no puedo evitar sacudirlo con mi vieja costumbre de racionalizarlo todo. Te estoy diciendo más