, pero ella misma le ordenó: --Ahora ve a cenar con tus papás, tienes que comer algo. Y la besó en la frente. En la mesa, mientras se hablaba de otra cosa (porque en la mesa se evitaban los temas desagradables), Mónica no pudo tomar su sopa. --Come, casi hemos terminado. Su madre la miraba con sus ojos tristes, de mujer que escucha la noche. --Mamá, ¿no podría regresar al hospital?