losle horas hasta el atardecer, la garganta seca, al cabo ya está acostumbrado, aguanta eso y más, aguanta un chingo. "Tengo que llegar a alguna estación para no quedarme aquí en despoblado", pero como ninguna casa reverbera en la distancia, Pancho se sale de los rieles y se tira a un lado de la vía y allí duerme como bendito, como piedra en pozo, como hombre muerto.