lo la locomotora, a la plenitud de la siesta de las tres de la tarde cuando estiraba la mano para sentir el grueso, el cálido brazo de Teresa, y atraerla hacia sí, abrazar esa mole tierna y blanda, y hundirse en ella una y otra vez como los pájaros azotándose contra el faro de luz, una y otra vez sus ojos rojos. Siempre hacía el amor, a eso del mediodía, Teresa con una diadema de sudor en la
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HUNDIR - Hacer que algo se vaya al fondo, deformar una superficie, derrumbar una construcción