rezaba, llena de amor sin objeto porque no tenía a quien querer. ¿Tiene objeto mi amor, ahora Diego? Me haces falta, mi chatito, levanto en el aire mi boceto y te lo muestro, me pregunto si comerás bien, quién te atiende, si sigues haciendo esas exhaustivas jornadas de trabajo, si tus explosiones de cólera han disminuido, una cólera genial, productiva, creadora en que te arrastrabas a ti mismo como un río, te revolvías desbordante,