me pasó... Otra de mis confusiones ahora, pero lo tengo claro. ¡ Lo saben hasta los animales, que el más fuerte se lleva la presa! Lo natural: hay que ser duro, hijo; o muerdes o te muerden, recuerda. Me lo enseñó aquel cabritillo de mis juegos. No era manso como Lambrino; siempre a topetazos. Por eso le dejaron para macho y todavía de viejo andaba entre sus hembras como un rey. Bien lo aprendí; yo