en la casa la normal claridad diurna. Tras el ventanuco, escasa claridad gris. Sobre la mesa, un jarrito de loza, del que bebe NÉSTOR. DIONISIO lo está mirando. ROSA, bella mujer de unos cuarenta años, viste ropa muy sencilla. Su somero peinado carece de coquetería. Con afán y dificultad, está escribiendo en un cuaderno. NÉSTOR, de más de cuarenta y cinco años, repasa y corrige unas cuartillas. Su indumento es modesto y cómodo: