au chocolat. Pienso que uno de ellos podría ser nuestro hijo, y siento que daría no se qué, mi oficio, mi vida de pintora por verlo así con su tablier d'écolier a cuadritos blancos y azules, haberlo vestido yo misma, pasado el peine entre sus cabellos, recomendado que no se llene los dedos de tinta, que no rompa su uniforme, que no... en fin todo lo que hacen las madres dichosas que a esta hora en todas las