control de las autoridades españolas y de la policía. Acabamos en Jaca, éramos miles entre extranjeros y presos comunes. Dormíamos en el suelo. A Hardouin no le picaban los piojos, pero yo pasaba la noche sin dormir; me rasuraron la cabeza dos veces, qué digo, tres; la tercera unos días antes de que saliera de la cárcel; Hardouin asentaba: "Tienes sangre de piojos". En la mañana a la hora del saludo a la bandera, en
DIE:112.01
RASURAR - Cortar a ras de piel el pelo de [una parte del cuerpo]. Afeitar