losmelo más. Tú mismo me lo dijiste: "Era el armisticio y por ese solo hecho, con la loca alegría del fin de la guerra, todas las mujeres abrieron los brazos para recibir a todos los hombres. La vida se vengaba así de la muerte." Marievna Vorobiev Stebelska estuvo siempre entre nuestras amistades rusas, sentada en La Rotonde junto a Boris Savinkov. Una noche contó casi a gritos que había sido amante de Gorki; creíamos que lo era