gallear, sino de saborear. La bienvenida la da en el pasillo, nada más abrir la puerta, la estampa de la dulce bahía de Nápoles a la altura de los ojos, con un Vesubio tranquilo, pero recordando que sólo vale la serenidad cuando debajo hay fuego. Ya con esa visión el viejo se aposenta en el Sur, y más todavía al acceder a una salita-comedor muy clara a pesar del cielo encapotado. Un balconcito y una ventana en sendas paredes se alegran
SON:152.22
VALERI.2 - Ser o resultar [algo o alguien] útil o adecuado