opuesto al suyo. Adriana no sabía que comenzaban a correr malos tiempos para los puros de ideas. Desconocía que la Humanidad iba hacia unos tiempos en los que las ideas políticas, los proyectos altruistas, las masas humanas, se podían utilizar, deformar o destruir de acuerdo con determinadas prácticas de los más sofisticados sistemas de información. Quizá el hecho de que hubiera sido Marescu el que le había proporcionado las noticias --todo aquel montón de periódicos atrasados-- también influyó en una determinación