el dolor. Sentía esta vivísima impresión mientras recordaba unos versos de los Sonetti d'amore de Lorenzo de Medici: In qual parte andrò io che non ti truovi, trista memoria? Decidió seguir siendo fiel a la memoria de Francesca, pero utilizó a Betina, a sus dos hermosos ojos, para hacer un juramento con el que sellar su amor pasado con el presente. Así fundía en uno solo los dos amores; así ganaba los dos amores sin llegar a poseer ninguno. Para