transcurrido, segundos extendidos por el delirio del vino, que los convertía en una sucesión de imágenes y turbadoras sensaciones. «Esa pregunta sobre Ibiza --se dijo Julián-- es una venganza, una prueba, un arma arrojadiza que he usado contra ella, contra su capacidad de recuperación después de un baño frío, contra su voluntad de dominio de lo que le rodea...» Pero ya la desazón, la arruga, habían desaparecido. Los ojos azulados, grisáceos, violeta,