, esperaba con un pie en la escalera. De nuevo, como en "Urgencias", aparentaba no escuchar pero la miraban de soslayo. La señorita era joven, no sabía nada de nada, ya encallecería. --Si nos uniéramos --insistió Mónica--, si no nos dejáramos pisotear, si todos tuviéramos las mismas oportunidades... Mónica, fuera de sí, habló sin respirar. Hubiera querido llamarlas compañeras o comadres o amigas, abrazarlas, pero las mujeres se