fragor de la pelea, un individuo paró una agresión al grito de "a ise non, que é dos nosos". Con todo, la impresión generalizada era que aquello "se veía venir". En otro bar, éste ubicado en Castro, la cuestión discurría en términos similares: alrededor de la fotografía y con más humor del que cualquier "extranjero" podría imaginar. Todo el mundo sabe en Carballedo cómo son las cosas, que los de Castro no se rinden