firme; era una decisión que nacía, simplemente, de su falta de fuerzas, de la imposibilidad absoluta de seguir ascendiendo por aquella pendiente. Jano comprendió que la salud de Peter estaba más maltrecha de lo que aparentaba, pero se tranquilizó al ver que el pintor echaba mano de su cuaderno de dibujo y de una caja de lápices para disponerse a tomar algunos apuntes del lugar en el que se encontraban. Antes había refrescado su rostro en el agua de un pequeño arroyo