Texto contextualizado: |
eran los suyos. Tenía clavados sus ojos en el libro, pero hasta el más despistado observador hubiera podido apreciar que la mente de Marescu sostenía una tensa lucha con alguna extraña fuerza interior. Se veía claramente que estaba a punto de tomar alguna grave decisión que no lograban provocar los vientos y los humos ácidos del primer otoño, el lago plateado, grisáceo a veces, frío como una lámina metálica. Adriana, fuera de aquel refugio, no parecía tener metas seguras. Todo |
CAR:042.34 |