hoy, tanto cansancio ?- y levanta al ángel hasta la cama, sentandole a su lado. -Estoy alerta, niño mío, te esperaba... Ven, sube al coche, ya salimos. Está cascado, pero aún tira. El Lancia requisado al marqués, ¡ quién se lo hubiera dicho cuando presumía de auto!... Traes el parte, ¿verdad?; no necesitas darmelo. Ya lo sé, a la montaña suben pronto las noticias,