Onésima era su maldita costumbre de sonreír a Mercedes, de cubrirla de atenciones. El mal genio lo guardaba para él, para Miguel, y ya no sólo se enfadaba cuando le veía meterse el dedo en la nariz o tardar en tomarse la sopa: ahora era suficiente con que llevara los botones del pijama mal abrochados o fuera descalzo al cuarto de baño o pronunciara entre dientes la blasfemia del abuelo. Una tarde en que la profirió con especial violencia, la
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TARDAR - Emplear (mucho) tiempo en hacer algo o en empezar a hacer algo