trances más sombríos y más desesperados (y en el que la ponzoña de la tan magnificada "creación histórico-políticocultural hispana de Ultramar", lejos de perder fuerza con el tiempo, no parece sino aumentar la virulencia de su poder maléfico, subiendo a cada nueva recurrencia otro peldaño más, aún no alcanzado, en la escala creciente del horror, pues jamás antes se había conocido espanto comparable al de las desapariciones argentinas), debería hacer sentir como una burla cínica y perversa esta especie