se ella por ninguna muralla inexpugnable. De los suburbios de Madrid, donde vivían alrededor de medio millón de personas, surgían muchas jóvenes «caídas», a quien nadie podía impedir pintarse los labios, ponerse un traje ceñido y subir a la Gran Vía, las cuales ... pasean a diario por los cafés madrileños sus encantos y acaso sus enfermedades, ya que esta clase de prostitución clandestina escapa hoy a todo control sanitario y policial. A su vez, Madrid vuelca