oído todo desde la cama, apareció en piyama en el comedor y le preguntó alarmado para dónde iba. --A prevenir a mi comadre Plácida --contestó ella--. No es justo que todo el mundo sepa que le van a matar el hijo, y que ella sea la única que no lo sabe. --Tenemos tantos vínculos con ella como con los Vicario --dijo mi padre. --Hay que estar siempre de parte del muerto --dijo ella. Mis hermanos menores