¡ tengo unas ganas de oírle!... Y está a punto, a punto; aún me dará tiempo antes de la castañada. Calla un instante y continúa, grave: -Sí, tendré tiempo; en el pueblo se soltará... Y además, después... Después, ya me entiendes, Mauro... Baja la voz, acerca la cabeza hacia sus compañeros y sonríe astutamente, orgulloso de su estrategia vital: -Después Brunettino, mi angelote, mi tesoro, tendrá