Santiago Nasar se fue. La gente se había situado en la plaza como en los días de desfiles. Todos lo vieron salir, y todos comprendieron que ya sabía que lo iban a matar, y estaba tan azorado que no encontraba el camino de su casa. Dicen que alguien gritó desde un balcón: "Por ahí no, turco, por el puerto viejo." Santiago Nasar buscó la voz. Yamil Shaium le gritó que se metiera en su tienda, y entró