, contestó Onésima. «Y muy despierto», añadió Carlos, mientras ella le daba la mano y le dirigía una mirada demasiado amable. Hablaron de muchas cosas y Onésima se empeñó en mostrarle la televisión nueva. Mercedes se sentó en el sofá junto al abuelo y le tomó con suavidad la mano. El volvió hacia ella una mirada débilmente afable y se dejó besar, Miguel pensó que parecía un perrito indefenso. Ya a última hora, mientras el profesor se despedía
TER:121.08
SENTARI.1 - Colocar(se) apoyado en algún sitio descansando sobre las nalgas