que se olvidara de Tintín y de aventuras. Entristecido, Agus repuso que hacía mucho tiempo que no habían entrado en la Zona Deshabitada a explorar. «Olvídate también de eso», contestó Miguel con frialdad. El primo retrasado se sentó en una silla y permaneció toda la tarde contemplandole con ojos mortecinos. Miguel fingía ignorarle pero, al cabo de un rato, le gritó que no pusiera esa cara de imbécil cuando le mirara. Llegó incluso a estirarle del
TER:079.08
SENTARI.1 - Colocar(se) apoyado en algún sitio descansando sobre las nalgas