, sin embargo, el secreto de la felicidad, porque el caballero en cuestión parecía estar asustado, receloso y un punto histérico. Sin darnos las buenas noches ni interesarse por nosotros en modo alguno, corrió el caballero a sentarse tras una mesa de despacho que ocupaba el centro de la pieza y sobre la que había un teléfono y un cenicero de cristal tallado. Quizás era el temor de que le quitáramos el asiento lo que traía conturbado al caballero, pues
LAB:017.12
SENTARI.1 - Colocar(se) apoyado en algún sitio descansando sobre las nalgas