"De pronto pensé que había vuelto a salir armado", me dijo Cristo Bedoya. Pero encontró la magnum en la gaveta de la mesa de noche. "Nunca había disparado un arma --me dijo Cristo Bedoya--, pero resolví coger el revólver para llevárselo a Santiago Nasar." Se lo ajustó en el cinturón, por dentro de la camisa, y sólo después del crimen se dio cuenta de que estaba descargado. Plácida Linero apareció en la puerta con