había trasladado en parte al café Roma, Serrano esquina Ayala. Allí se movían los intermediarios influyentes, dispuestos a resolver la adjudicación de permisos, licencias, cupos y todo lo que hiciera falta. Estos señores dinámicos, totalmente decididos a saltarse a la torera las prédicas sobre la vida difícil y sus excelencias, daban buenas propinas, se vestían en los mejores sastres, fumaban puros y si tenían chófer le llamaban de tú por su nombre de pila, igual que al camarero
USO:085.26
SALTAR - Levantarse con impulso para caer en el mismo sitio o en otro