aquella fuerza mágica que poseías. Nunca olvidaré la emoción que me hacía saltar en la carretera, o correr a tu encuentro, cuando te divisaba a lo lejos, avanzando lentamente en tu bicicleta, como un puntito oscuro que sólo yo reconocía. Venías de dar tus clases de francés en el Instituto. Por ese motivo vivíamos allí. Tú no querías volver a Sevilla, tu ciudad, ni tampoco a Santander, la tierra de mamá. Aunque ella lo único que quería era
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RECONOCERII.1 - Darse cuenta [alguien] de que [alguien o algo] es una determinada entidad, ya percibida por los sentidos (esp. la vista)