andar necesita otros zapatos. La Andrea, esperandolo de un momento a otro, le ha comprado unos muy feos: los llama mocasines y son como abarcas. -Mi nieto no irá como un pastor -sentencia el viejo, bebiendose la grappa de un solo trago--. Ha de vestir como un señor. Eso: con calcetines blancos y zapatitos negros de los que brillan. Así es como el viejo se representa a los hijos de los señores. Se le