Ni café ni té. Quiere beber como nosotros hacíamos, como alguien, ¿el padre?, le habrá contado que hacíamos desde nuestra juventud.» David puso hielo en un vaso y luego un poco, muy poco alcohol. Bebió a pequeños sorbos y paladeaba tratando de encontrar la clave delicada del sabor, esperando el momento en que el líquido instalado en el centro previsto irradiase sus efectos por todo el cuerpo. Julián levantó su vaso, lo elevó hasta la altura del